Puñal — February 17, 2016

Puñal

Hay personas en las que tenemos una confianza extrema, al 100%, a quien daríamos todo lo que tenemos pues tenemos la certeza de que no hará mal uso de ello. Aquellas personas que suponen un gran apoyo moral, lo que yo conozco como un amigo de verdad, es decir, una persona que quieres y, en cierto modo, admiras. Esa persona que no quieres que nunca se vaya de tu vida.

Hasta hace un par de días, contaba con tres de esas personas. Aunque una de ellas vive muy lejos de mí, me sigue pareciendo imprescindible hablar con ella, aunque sea de vez en cuando, y me hace muy feliz hablar con dicha persona, porque sé que podría confiarle cualquier cosa. Otra de esas personas está en mi clase, es mi mejor amigo. Confío plenamente en él y veo que es una buena persona. Me apoya cuando estoy mal y me pregunta por qué lo estoy, y además, hace lo posible por resolverlo. Me siento profundamente orgulloso de poder contar con él, y espero que nunca desaparezca aunque nuestros caminos se separen por un tiempo. Como dije anteriormente, antes había otra persona así. Ya no, o al menos, de momento.

Imaginen un callejón oscuro, de madrugada, estrecho y con las ventanas desvencijadas, con la tenue luz de una antiquísima farola, que probablemente lleve ahí más tiempo que los edificios en sí. En una noche nublada, pero sin lluvia, en el callejón no hay, aparentemente, absolutamente nadie, y hace muchísimo frío, además de un desagradable viento del norte que se cala a través de la ropa y hiela los huesos. De repente, oyes un ligero silbido. Algo cruza el aire, abriéndose paso a través del viento, y va a una velocidad vertiginosa, que es tal que resultaría imposible verlo, debido, además, a su corto tamaño. De repente, sientes un calor insoportable que te quema la espalda, y cómo una bala atraviesa tus costillas y perfora tu pulmón, además de salir por tu pecho dejando un agujero en tu cuerpo. Sin testigos, en silencio, por la espalda. Sigues estando plenamente consciente, y, tras tenerte durante unos segundos en pie, te desplomas y notas la amargura del pavimento de la calle en tu lengua, que rápidamente se impregna de tu sangre, que fluye a través de la garganta hacia fuera, con un flujo no excesivamente rápido pero constante, creando un pequeño charco cerca de tu cara que tiñe tu frente y tus mejillas de rojo. Además, la perforación en el pulmón te impide respirar y te asfixias mientras te estás ahogando en tu propia sangre, que además fluye a través los agujeros que la bala había producido.

Oyes unos pasos lentos que avanzan hacia ti. Un hombre, encapuchado, al que sólo se le ven los ojos, se aproxima hacia tu cuerpo, inmóvil en el suelo, y apunta a tu cara con el arma que ha utilizado para dispararte por la espalda y destruirte.

A pesar de que trata de ocultarse bajo prendas de abrigo, reconoces esos ojos, los analizas, y recuerdas a quién pertenecen. Con una parsimonia pasmosa, el encapuchado recarga el arma y apunta a la cara, mientras piensas en cómo una persona que había significado tanto para ti, a quien habías acompañado en todo momento, en quien tenías una confianza extrema, y por quien habrías muerto o matado, ha sido capaz de asesinarte en ese callejón, traicionándote por la espalda, sin testigos y a distancia. Las dudas carcomen y corroen tu interior durante los pocos segundos que estás consciente. El sentimiento de decepción y de ira inunda tu cuerpo, y sustituye a tu sangre, que lo abandona. El encapuchado sonríe, toca tu hombro como solía hacer para saludar, y notas en las facciones de su cara que deja ver a través de su máscara, que está sonriendo. Sus inconfundibles ojos te miran por última vez, y, aún con los ojos abiertos, empiezas a ver todo de color negro, y te desmayas. Morirás desangrado, asfixiado, ahogado en tu propia sangre o una combinación de todas las anteriores.

Y él se va, con paso lento, y sonriendo mientras guarda su arma en la funda que cuelga de la parte izquierda de su cinturón, abriendo un paraguas para evitar las gotas de agua que comienzan a caer desde las nubes.

Гражданская война — January 30, 2016

Гражданская война

Caminando por el campo,
en el suelo vi que había,
una carta ensangrentada,
de cuarenta años hacía.

Era de un paracaidista,
de la octava compañía,
que a su madre le escribía,
y la carta así decía:

Madre, anoche en las trincheras,
bajo el fuego de metralla,
vi al enemigo correr,
la noche estaba cerrada.

Le apunté con mi fusil,
al tiempo que disparaba,
y una luz iluminó,
el rostro al que yo mataba.

Clavó su mirada en mí,
con los ojos ya vacíos,
madre, ¿sabe a quién maté?
no era un soldado enemigo.

Era mi amigo José,
compañero de la escuela,
con quien tanto yo jugué,
a soldados y trincheras.

Ahora el juego era real,
y a mi amigo ya lo entierran,
madre, yo quiero morir,
ya estoy harto de esta guerra.

Y si te vuelvo a escribir,
madre, tal vez sea desde el cielo,
donde encontraré a José,
y jugaremos de nuevo.

ящик Пандоры — January 13, 2016

ящик Пандоры

Pandora llego aquí mucho antes de la existencia,
su don era el mal en potencia,
ella expandió su esencia y aguardo tranquila desde entonces,
sabiendo donde flaquea el débil hombre,
esparció por el mundo semillas de dolor e histeria,
haciendo florecer ramas de horror y de miseria.

Su alma es turbia, se alimenta con la furia y la penuria,
la injuria, la envidia, la rabia.

Ella sabe como proceder, tiene el poder otorgado por Lucifer,
sabe vencer a tus temores,
cuando nació Jesucristo le susurraba a Herodes,
le dijo mata los niños, no te demores.

Ella fue quien inyectó dosis de ira a Gengis Kan,
hoy impone su ley entre George Bush y Sadam.

Su plan es infinito, su rito es el delito y el asesinato,
el tracto ingrato como único hábito.

Desde su púlpito de maldad, nos sume en la soledad,
esta en los guetos de Soweto, la realidad de Islamabad,
su malicia es única, ella inspiró las guerras púnicas,
asoló Gernika y activó la bomba atómica.
Mírala, es Pandora unos la temen y otros la adoran,
imploran su poder, arrasa faunas y floras,
expandiéndose hora tras hora,
el mundo ignora esa conciencia traidora
que nos ahoga en nuestros miedos y celos.
Nos hace querer ser primeros, no cesar y codiciar sin freno.
Su espíritu anida en cada instinto suicida y homicida.
Pandora es como un veneno que líquida nuestras vidas.

Cuando el poder de la ambición nos posee,
hace que el mundo tiemble se tambaleé y ella esta ahí.
Cuando el noble vende al pobre, le cambia oro por cobre,
el hombre es quien mata al hombre y ella esta ahí.
Cuando vertemos nuestra íra en otros seres,
nos transformamos en verdugos crueles y ella esta ahí.
Pandora, oscura dama que adora vernos sufrir,
alma infame que controla nuestro devenir.

Pandora es astuta y fría, le guía nuestros defectos,
detesta la alegría y el afecto,
porque el amor la hiere y muere,
golpea donde más nos duele y nos aplasta como a insectos.
Se esconde tras el espejo y realza tus complejos,
provocando sentimientos de vergüenza,
lima tu autoconfianza y tu esperanza,
colocando en tu cabeza deseo de vil venganza.
Sus modos son viejos como la injusticia,
sus reflejos nos atrofian y desquician.
Se disfraza de ictericia, de peste bubónica y tifus,
de sida, hepatitis, de cáncer y otros virus.
Ella nunca duerme, adora que tu cuerpo enferme,
que sus defensas mermen, su germen de autorechazo,
es un flechazo que se nos clava y nos traga,
salen llagas de ambición, y el corazón se apaga.
Ella puso a gentes corrientes en fila, ante la rabia de Atila,
provocando un daño inmenso, su espíritu perverso,
unió a guerrillas colocando de rodillas a inocentes e indefensos.
Pactó con Adolf Hitler y le tuvo como aliado,
derramó mares de sangre a las puertas de Stalingrado,
nos tuvo dominados por señores feudales,
papas corruptos, dictadores y jefes de estados.
En el pasado fue Lepanto y Normandía,
hoy son los sicarios de Colombia, las hambrunas de Etiopía,
no es una utopía darle muerte,
solo la paz y la concordia algún día nos harán fuertes.
Ella pervierte tu subconsciente y te utiliza
a través de una televisión que miente y que hipnotiza.
Pandora te hace trizas, te droga y te alcoholiza,
te oprime porque el amor la aterroriza.
Parece que no haya nada que la frene,
pero creedme, ella es muy frágil y nos teme.
Pandora es el 11-S, el 11-M.
Cuando ella viene la muerte sonríe y se entretiene.

Cuando el poder de la ambición nos posee,
hace que el mundo tiemble se tambaleé y ella esta ahí.
Cuando el noble vende al pobre, le cambia oro por cobre,
el hombre es quien mata al hombre y ella esta ahí.
Cuando vertemos nuestra ira en otros seres,
nos transformamos en verdugos crueles y ella esta ahí.
Pandora, oscura dama que adora vernos sufrir,
alma infame que controla nuestro devenir.

Pandora vive dentro de ti, y te vacía poco a poco.
Pandora es tu odio y frustración, tu autorechazo
por ser gordo o feo, por ser pobre y anónimo,
por ser discapacitado o por ser mujer,
por ser negro o judío, por ser homosexual.
Por no ser perfecto ella te hace sentir distinto
y rechazado, ella ha transmitido ese instinto
de generación en generación, es el odio que
tu trasmitirás a tus hijos y a la vez a tus
nietos, y así sucesivamente.
Ella vive dentro de ti y no podrás matarla
hasta que te aceptes a ti mismo.

Pandora es el mal y en su caja hemos escondido
todas las cosas desagradables de
nuestro interior, libérate, ¡Paz!6a00d8341bfb1653ef01a3fd0b666d970b

Неандерталец — January 2, 2016

Неандерталец

Estoy harto de ser esa persona de la que nadie se acuerda. Esa persona a la que todo el mundo da por saludada para evitar darle dos besos. Esa persona que parece no ser más que un prescindible ser animado carente de sentimientos y de dimensión humana. Aquella persona, que es ignorada y obviada por su carácter introvertido.

Muchas veces pienso: ¿por qué los demás sí y yo no?. Y me doy cuenta de que, siendo una persona introvertida, o al menos en mi caso, la gente se cree en el derecho de poder pisotearte por el mero hecho de que no vas a contestar agresivamente. Es triste que la conducta social se mida en torno a ese índice. No hay ninguna posibilidad de que un acto humillante para una persona introvertida tenga una reacción  violenta, por lo que ese acto, según las normas de conducta, está no sólo bien visto, sino justificado. Dan igual los sentimientos de la otra persona, las posibles consecuencias morales que ese acto pueda acarrear…

A veces, esa masa de jóvenes con encefalograma plano me recuerda a una tribu de neanderthales, dirigidos por el más fuerte. Aquel que dictamina qué se caza y cuándo se recolecta en una tribu prehistórica guarda una gran similitud con el que decide, en uno de estos círculos sociales, con quién meterse, a quién humillar y a quién sentir mal. Todo ello, obviamente, a coste cero. Aquí no importa nada lo que las personas sienten, sino dar la imagen de puto amo que se nos muestra por los medios de comunicación, es decir, de nuevo, seguir el estereotipo que reine en el momento para ser aquel que reafirme su estatus social como el más alto. Neanderthales, de nuevo.

Sociópata es poco.

Франция — November 15, 2015

Франция

Abres un periódico, lees cualquier artículo referente a los atentados de anoche en Francia, cierras el periódico y lo quemas, disfrutando del tan agradable crepitar del fuego produciendo calor.

La prensa occidental, como de costumbre, vuelve a justificar los actos de guerra de una potencia occidental mediante un atentado. Me parece una completa falta de respeto tanto a los muertos en París del pasado fin de semana como a los sirios (cristianos, ateos o musulmanes) que fallecen cada día en su país. El ataque terrorista estuvo planeado para causar el mayor número de bajas posible, y por eso hubo explosiones y tiroteos en lugares en los que había mucha gente, como el Estadio de Francia en el que se disputaba un partido, el restaurante en cuya terraza cenaban varias personas o la sala de conciertos en la que un grupo estaba tocando. Eso sí, las víctimas eran anónimas. Irrelevantes para quienes perpetraron los atentados. Murieron personas de diversas razas, orientaciones sexuales, creencias religiosas e ideologías políticas. Por tanto, el ataque no iba destinado a hacer daño a un grupo social en concreto, sino al mayor número de gente posible.

Exactamente ha hecho Francia esta noche. François Hollande se ha dejado en evidencia a sí mismo con una venganza de carácter medieval. Como el atentado que sufrió París. Si esta noche no ha muerto ningún civil sirio, morirán en las próximas horas, en los próximos días. Los bombardeos sobre ciudades son también indiscriminados. Muere gente dediversas razas, orientaciones sexuales, creencias religiosas e ideologías políticas.

El ataque aéreo francés sobre Raqqa de esta noche traerá muerte y destrucción sobre una castigada población siria que sufre tanto a unos como a otros, sin tener culpa de la nulidad, incapacidad y falta de inteligencia de ninguno de los dos bandos implicados.
image

23.04 — October 30, 2015
Чай. — September 18, 2015

Чай.

My tea’s gone cold

I’m wondering why

I go out the bed at all.
The morning rains clouds up my window and I can’t see at all.

Even if I could it’d all be gray, but your picture on my wall.

It reminds me that it’s not so bad. 

СГАЕ — September 12, 2015

СГАЕ

“En la Transición, yo era un joven cantautor, que recitaba contra los grises y decía ” Franco no”. Eran tiempos complicados, lo decía en mi canción, que escribía a puño y letra en una vieja pensión.

Yo estaba a favor de la bandera tricolor y me tuve que topar con la gran represión. Un golpe de estado que, gracias a Dios, lo paró nuestro salvador Borbón.

Y llegó Felipe en el 82: obreros, socialistas y utopía. Esto cambiaría, te lo digo yo, aunque no cambiamos la rojigualda de color.

Aunque siempre critiqué el malgasto militar, voté que sí a la OTAN, por si acaso nada más. Me puse de moda a nivel estatal, porque estaba comprometido con la libertad.

Me hice el loco cuando lo de los GAL, y eso que yo era un demócrata ejemplar. Huelgas generales y yo en mi sofá. Pensando en nuevas canciones para la era Aznar.

Cuando gobernaba el PP, contra la guerra me movilicé. Contra las reformas también. Y siempre me acompañó ZP.

Pero nos unimos los músicos y actores, dijimos “No a la guerra. ¡Asesinos, cabrones!” Queríamos poder y ansiar en subvenciones. Y también una ley para la sociedad de autores.

Con un gran talante ganó Zapatero, aunque a nosotros se nos vio el plumero. Las cosas del obrero me traen sin cuidado. Espero que lo puteen si mi música han bajado.

Ya no sé componer. ¿Qué voy a hacer?
Preguntaré a Fernando Savater”.

La evolución de la música española y la SGAE.

*Adaptado de F.R.A.C.

Нет — September 6, 2015
Автобус —

Автобус

Hoy es domingo, por tanto, aquí, en Liverpool, los autobuses al centro sólo pasan cada media hora. Nada más salir de casa, he visto uno y he corrido tras él. No lo he alcanzado. Decidí seguir adelante caminando para acortar algo de tiempo y adelanté cinco paradas a pie. Cuando estaba a punto de llegar a la sexta, me faltaban como trescientos metros, vi que me pasaba el otro autobús y volví a correr. Lo alcancé, pero el conductor no paró. Me desesperé. Un chaval paró con su coche y me invitó a subir. Dijo que adelantaría al autobús en la siguiente parada y me dejaría ahí.
Tengo que decir que gracias, conductor anónimo, por ese detalle. Muchísimas gracias. Hubiera tenido que esperar una hora de no ser por usted. Un pequeño gesto de una gran persona. Ojalá hubiera más gente como usted.